Ante las dificultades de suministro y el aumento de los precios de la energía, la eficiencia energética está en boca de todos. La hora es de ahorrar. Para las empresas, es necesario demostrar resiliencia económica y, a largo plazo, lograr la transición energética.
Si los desafíos son claros, los impulsores para mejorar la eficiencia energética de los edificios no son tan evidentes. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo permiten las plataformas de Facility Management abordar el desafío de la gestión energética de los edificios?
¿Qué es la eficiencia energética?
La eficiencia energética consiste en moderar el consumo de energía cambiando de comportamiento. En un contexto con suministros inciertos y facturas en aumento, controlar el consumo de energía e reducirlo se vuelve indispensable.
Para las empresas, el desafío no es solo obtener un resultado ambiental, sino también un rendimiento económico. Se trata de controlar los costes operativos y vigilar el equilibrio financiero para garantizar su sostenibilidad.
El primer punto en el que las empresas pueden actuar es el edificio. Un estudio de la Comunidad Europea mostró que el consumo de energía de los edificios era el mayor gasto énergetico en Europa, con el 40% del consumo total.
En consecuencia, las empresas han hecho esfuerzos en este sentido. El nivel de consumo de energía ha disminuido en un 5% en 2021 en comparación con 2020 (Barómetro OID 2022). El Banco Europeo de Inversiones señala, sin embargo, que estos esfuerzos han sido débiles. La inversión en eficiencia energética no supera el 10% del monto total de las inversiones. No obstante, la explosión de los precios cambiará las cosas.
Sobriedad energética: entre incentivo y obligación
El proceso de reducción de los gastos energéticos está en marcha, y los esfuerzos, insuficientes hoy en día, deberían intensificarse. El contexto actual es una incitación. Es una cuestión de viabilidad para muchas empresas. Los incentivos también están relacionados con los objetivos establecidos por el gobierno español. En 2022, aprobó un plan de emergencia energética para reducir el consumo de energía del pais y proteger a los consumidores vulnerables.
El plan “Más seguridad energética” tiene como objetivo mejorar la autonomía energética y aumentar la competitividad. Este nuevo plan también tiene como objetivo impulsar la energía solar, las comunidades energéticas y el autoconsumo, gracias a una financiación de 500 millones de euros. La reducción del consumo de electricidad se ha fijado en un 10% de la demanda normal, con una obligación del 5% durante el 10% de las horas pico. En comparación, el impuesto a las compañías petroleras y de gas será del 33% de las ganancias extraordinarias, es decir, aquellas que superen el 20% de la media de los últimos cuatro años.
En el corto plazo, se han recomendado medidas. Se centran principalmente en una mejor gestión del sistema de calefacción, que representa alrededor de la mitad del consumo energético de las oficinas. La iluminación, el agua caliente y la sustitución de equipos con alto consumo energético necesita también vigilancia. Se fomentan cambios de comportamiento a través de la sensibilización de los empleados, la optimización de los espacios y el uso de herramientas de control, seguimiento y medición del consumo en tiempo real. Todas estas medidas son simples y de sentido común. Pero queda una pregunta: ¿cómo ponerlas en práctica?
Apueste por el Facility Management para entrar en la era de la sobriedad energética
Recurrir a quienes gestionan los edificios para controlar el consumo energético parece lógico. Los equipos de Facility Management están en primera línea. Están especialmente bien situados para identificar, de manera muy operativa, cuáles son los factores clave para controlar el consumo energético de los edificios. Tres estrategias combinadas se presentan para aumentar la eficiencia energética: analizar el uso del edificio para gestionar mejor los espacios, utilizar al IoT y apoyarse en los datos.
Analizar el uso del edificio para gestionar mejor los espacios
Un primer enfoque consiste en analizar los usos que los ocupantes hacen del edificio para proponer un uso eficiente. Se trata, por ejemplo, de calentar en el lugar correcto en el momento adecuado. También se puede apagar la luz de las máquinas expendedoras en los horarios en los que no se utilizan y otros pequeños gestos que, acumulados, pueden producir grandes efectos. Este enfoque debe integrar, por supuesto, el mantenimiento de buenas condiciones de trabajo de los colaboradores. Sin embargo, puede llevarse más lejos, con la agrupación en un mismo espacio de diferentes equipos, lo que permite calentar y iluminar solo una parte del edificio en lugar de todo. Esta racionalización se facilita mediante la inversión en sensores IoT.
Apostar por los sensores IoT
Los sensores IoT permiten gestionar el edificio de manera más precisa. Tomemos el ejemplo de la iluminación. Está encendida en las oficinas. Sin embargo, los espacios desocupados tienen una buena luz natural. Con sensores, los espacios podrían iluminarse solo cuando se necesiten.
“Los sensores, combinados con la inteligencia artificial y alimentando una plataforma Smart FM como MoveWORK Flow, permiten tener un consumo adaptado al uso real del edificio. Se vuelve posible iluminar en el lugar correcto con el nivel de intensidad correcto, detectar una ventana abierta, regular fácilmente la calefacción, controlar el consumo de agua. Esto permite, por lo tanto, con una configuración óptima de los equipos, optimizar la eficiencia energética de los edificios”, explica Patrick Tavaris, CEO de Movework. Añade: “Los sensores son en tiempo real. Puedes detectar una pérdida de energía en tiempo real, ser alertado y reaccionar de inmediato, evitando así gastos energéticos innecesarios”.
Aprovechar los datos
La recolección de datos a través de sensores, su análisis y procesamiento dentro de una plataforma de Facility Management permite seguir el rendimiento de los equipos y establecer un diagnóstico de rendimiento energético completo.
Los equipos de Facility Management tienen una visibilidad detallada del consumo. Es una ventaja para identificar oportunidades de ahorro y hacer que los edificios sean más eficientes .
Tener acceso a los datos también significa tener elementos concretos para tomar decisiones. Por ejemplo, debe decidir sobre la calefacción: ¿cuáles son las temperaturas óptimas por hora y por espacio?
Esta aproximación también abre perspectivas en términos de mantenimiento correctivo y preventivo. Si los sensores son la clave de un mantenimiento correctivo, los datos y su análisis son los de un mantenimiento preventivo e incluso predictivo. Se vuelve posible anticipar y actuar incluso antes de las alertas. Este punto es crucial ya que el buen mantenimiento de los equipos es una garantía de su eficacia, incluso desde un punto de vista energético.
Existen muchas maneras de mejorar la eficiencia energética de un edificio. Al principio, con el eco-diseño y después con la renovación energética de edificios. Pero en el corto plazo, para activar los impulsores de la sobriedad energética, lo más simple es probablemente confiar un papel de “gerente de energía” al Facility Manager. Él podrá racionalizar los espacios en una perspectiva energética, apoyándose en los sensores IoT, la inteligencia artificial y la gestión de datos. Contribuirá así a controlar el consumo de energía, los costos, a desarrollar el rendimiento económico y el rendimiento ambiental de la empresa.