Ofrecer una experiencia de calidad a los clientes ya no es algo agradable, sino imprescindible.
Para imaginar y dar vida a una experiencia memorable para el cliente, es necesario que varios actores colaboren. Uno de los principales retos es la coordinación entre los empleados de su empresa y una miríada de proveedores de servicios externos que no necesariamente comparten su cultura y lo que está en juego en la experiencia ofrecida a sus clientes.
Un mundo sin retretes
Lunes, 7:54 de la mañana, después de un café rápido, estás listo para conducir 350 km desde tu casa hasta el lugar de reunión con uno de tus clientes para una negociación importante.
Decides tomar la autopista que, según tu sistema de navegación preferido, es la forma más rápida y fiable de llegar a este encuentro.
Después de 50 km, el café de la mañana le invita a hacer una breve pausa técnica.
Te bajas en el primer área de servicio de la autopista, que te ofrece instalaciones sanitarias, una y una mesa de picnic.
Se baja de su vehículo sin pensarlo. Para su gran sorpresa, no hay ningún bloque de aseos, lo que, sin pensarlo, le recuerda las vacaciones de su infancia.
Dudando, vuelves a la carretera y decides parar en la siguiente área de servicio que tiene una gasolinera.
40 km más adelante, un poste indicador sugiere una gasolinera con todas las comodidades modernas que se pueden esperar en la red de autopistas francesas.
Aparcas justo delante de la tienda que hay junto a la gasolinera y te alivia ver que hay tiendas de golosinas, máquinas de café… ¡Pero no hay aseos!
Suena el despertador, te despiertas de este extraño sueño, tomas la carretera, y es con una mirada fresca y una gran sonrisa que te tomas un descanso en el primer área de descanso que encuentras de camino a tu cita del lunes.