Tribuna de Patrick Tavaris – Presidente y CTO de MoveWORK
En un mundo donde las operaciones deben ejecutarse más rápido, a plus grande échelle y con mayores niveles de exigencia que antes, las organizaciones se enfrentan a una dificultad mayor: ¿cómo garantizar la calidad, la conformidad y la trazabilidad… al mismo tiempo que absorben una complejidad creciente?
La respuesta ya no reside en acumular herramientas ni en multiplicar los controles. Se encuentra en la capacidad de gestionar la exigencia, es decir, de hacer que cada operación sea observable, verificable y mejorable… sin sobrecargar el día a día de los equipos.
El punto de inflexión: de la digitalización a la orquestación
Durante mucho tiempo, las plataformas especializadas se limitaron a digitalizar lo existente. Hoy, eso ya no es suficiente. Los proveedores multiservicios, los actores de la ultra-limpieza, del bionettoyage o del Hard FM deben integrar un nuevo paradigma:
Los datos ya no son un resultado; son un activo estratégico. Un activo que debe generarse, calificarse y explotarse automáticamente a lo largo de la actividad en el terreno.
Esto es precisamente lo que permite una plataforma como MoveWORK Flow, al orquestar el conjunto de los procesos mediante workflows, reglas de conformidad y garantizando una trazabilidad continua de forma nativa.
Automatizar la exigencia, no al ser humano
La automatización suele estar mal entendida. No sustituye la experiencia: le devuelve su verdadero lugar. Lo que agota a las organizaciones no son las decisiones complejas.
Son las tareas repetitivas, las conciliaciones manuales, las pruebas que hay que reconstruir, los controles que deben repetirse, los indicadores que hay que consolidar.
Automatizar estas operaciones significa:
- Fiabilizar los datos desde el origen
- Reducir las desviaciones y las zonas grises
- Liberar tiempo para analizar, comprender y decidir
- Instaurar un nivel de exigencia inaccesible de otro modo
Y, sobre todo: significa permitir que la persona se concentre en el valor, no en la mécanique.
La conformidad continua: un cambio de cultura
En entornos críticos como la salud, la ultra-limpieza, las certificaciones de calidad, y de manera más general, las organizaciones ya no tienen el lujo de una conformidad “al final del proceso”. Deben poder demostrar en todo momento:
- Qué se ha hecho
- Por quién
- Según qué norma o regla
- Y con qué nivel de calidad
La plataforma MoveWORK Flow, y aún más los nuevos módulos como el add-on de Ultra-Limpieza o las capacidades de audit trail inviolable, de firmas electrónicas y de supervisión inteligente, dan forma a esta visión:
Una conformidad integrada y viva, que se construye a lo largo de la actividad y no para satisfacer una auditoría puntual.
La tecnología como gobernanza
Automatizar solo tiene sentido si refuerza la gobernanza. Por eso, las plataformas de nueva generación deben aportar tres garantías:
- Una trazabilidad perfecta: cada acción es comprensible, atribuida y fechada.
- Datos coherentes y unificados: un único referente, una única verdad.
- Una lectura común de los procesos: operativos, calidad, TI, dirección general… todos observan la misma realidad.
No es la tecnología la que simplifica la organización. Es la manera en que estructura el trabajo.
La automatización como palanca de madurez
El objetivo no es ir más rápido, sino tener un mejor control. Hacer que la excelencia operativa sea accesible, medible y escalable.
Para los actores del Facility Management, la transformación es profunda: se pasa de una lógica de ejecución a una lógica de pilotaje continuo, donde cada acción genera un dato explotable, cada dato se convierte en una prueba y cada prueba alimenta la mejora colectiva.
En este movimiento, MoveWORK Flow no es solo una plataforma. Es un sistema de orquestación que unifica el terreno, los datos, las exigencias y las decisiones.
Y eso es exactamente lo que las organizaciones necesitarán para afrontar la próxima década: la capacidad de conciliar rigor, agilidad y rendimiento, sin renunciar jamás a la ambición de excelencia.